La mayoría de las malformaciones cerebrales comienzan mucho antes de que nazca un bebé. Algo daña el sistema nervioso en desarrollo o hace que se desarrolle de manera anormal. A veces es un problema genético. En otros casos, la exposición a ciertos medicamentos, infecciones o radiación durante el embarazo interfiere con el desarrollo del cerebro. Es posible que falten partes del cerebro, que sean anormalmente pequeñas o grandes, o que no estén completamente desarrolladas.
El tratamiento depende del problema. En muchos casos, el tratamiento solo ayuda con los síntomas. Puede incluir medicamentos anticonvulsivos, derivaciones para drenar líquido del cerebro y fisioterapia.
Hay malformaciones de la cabeza que no involucran al cerebro. Los trastornos craneofaciales son el resultado del crecimiento anormal de tejidos blandos y huesos en la cara y la cabeza. Es común que los bebés recién nacidos tengan la cabeza ligeramente despareja, pero los padres deben observar la forma de la cabeza de su bebé para detectar posibles problemas.
NIH: Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares
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